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Si la puerta está abierta, no significa que vaya a entrar todo el mundo.


Teóricamente, a la hora de acceder a derechos básicos como el trabajo o la asistencia sanitaria en España, un extranjero tiene los mismos derechos legales que cualquier ciudadano español. Sin embargo, el marco español sobre políticas de integración carece de disposiciones que se ocupen específicamente de la población inmigrante. ¿Por qué es esto importante?

Porque cuando no existe una legislación concreta y un Estado de Derecho, la interpretación queda a discreción de las autoridades locales y regionales y a la voluntad de la población, así como a la dirección y prioridades políticas, siempre cambiantes.

No quiero mencionar las barreras lingüísticas y culturales, verdaderas barreras que se nos ponen en la cara como migrantes cada día durante muchos años de nuestro viaje migratorio.

Por ejemplo, la falta de acceso al mercado laboral se debe a barreras como los largos procesos burocráticos, la inaccesibilidad a la información y la poca disposición de los empresarios a contratar inmigrantes, junto con incidentes de discriminación y racismo, entre otros problemas. Esto también repercute negativamente en la accesibilidad a una vivienda digna, como todos sabemos y sufrimos. En otros servicios como la sanidad, incluida la salud mental, muchos inmigrantes evitan acudir a la atención primaria y esperan a necesitar servicios de urgencia. Por muchas razones, una de las cuales es el idioma, la cultura y el miedo a la discriminación, la denuncia o la deportación.

Así, cuando decimos que el marco teórico no se ajusta a la realidad, se refuerza la necesidad de incluir a los migrantes en todos los ciclos políticos. Sus historias y experiencias deben impulsar las políticas e incluirse en su diseño y aplicación.

Se necesitan políticas específicas para los migrantes y otros grupos marginados a fin de proteger los derechos de estos grupos, ya sean jóvenes, mujeres, migrantes, refugiados u otros.

Nuestro trabajo con el Ayuntamiento de Ripollet en el cotexto de Proyecto MILE consiste en crear un consejo asesor de migrantes que aporte su punto de vista a las políticas de integración de la ciudad. Este trabajo empieza por generar confianza entre los inmigrantes y el municipio y fomentar una participación inclusiva, proactiva y representativa del colectivo inmigrante en la ciudad.

Así que no nos limitamos a dejar la puerta abierta. La mantenemos abierta, damos indicaciones e invitamos a la gente a entrar. Así garantizamos la igualdad de acceso para todos.



Publicado por Lallan, Revista Municipal de Ripollet Lallana 31, p.17

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